La Prelatura de Sicuani, ante la situación que se viene presentando en la provincia de Chumbivilcas, manifiesta lo siguiente:
1. El conflicto que se ha generado en el distrito de Llusco no es ajeno a la labora de la Iglesia local. Ya en documentos anteriores la Vicaria de Solidaridad se ha pronunciado sobre las preocupaciones que hoy tienen las comunidades campesinas respecto a su tierra, agua y medio ambiente.
2. La provincia de Chumbivilcas, está identificada como una de las zonas de pobreza y extrema pobreza de la región Cusco, con altos índices de desnutrición y con poco acceso a servicios básicos como son la salud, educación y agua. Adicionalmente, esta provincia tiene el 95% de su territorio concesionado a la actividad minera, mucho de los cuales se encuentran en fase de exploración y explotación.
3. Es conocido los múltiples conflictos sociales que se presentan en nuestro país sobre todo por el cuidado y preservación del medio ambiente, principalmente del agua. Por ello sentimos en la obligación de exhortar a los actores involucrados en el actual conflicto del distrito de Llusco, a que se consideren las siguientes preocupaciones:
Al Estado:
Retome su rol de garante y de protector de derechos a favor de la población, especialmente de los sectores vulnerables como son las comunidades campesinas afectadas por proyectos extractivos. El desarrollo y la inversión no pueden sacrificar la calidad de vida de las personas.
El Ministerio de Energía y Minas; Ministerio de Agricultura, a través de sus instancias como son el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental y la Autoridad Nacional del Agua, realicen estudios científico imparciales e independientes con participación de la población, para determinar si existe o no contaminación en las principales fuentes de agua del distrito de Llusco y Quiñota. De comprobarse esta contaminación, el Estado asumiendo su responsabilidad debe tomar acciones que corresponda para sancionar o remediar el problema.
Es necesario que se fortalezca la presencia institucional medio ambiental para defender y garantizar los derechos de las poblaciones afectadas por proyectos mineros.
A las Empresas Mineras:
La responsabilidad social y/o compromisos que asume frente a las comunidades afectadas por sus proyectos deben ser coherentes y transparentes, mediante acuerdos que se cumplan y evitar que se generen desconfianzas entre los miembros de las comunidades campesinas.
A la Empresa Minera ANABI, solicitarle que tenga una actitud de escucha y dialogo sincero con la población de Llusco, a fin de encontrar juntos salidas favorables que beneficien a la población.
A la población de Llusco:
Entendemos su preocupación respecto a la situación del agua y territorios en la localidad por riesgos de contaminación, por ello el dialogo debe seguir siendo el único medio para resolver las principales demandas. Por ello les invocamos que como parte de esta disposición de dialogo, evalúen la liberación de los trabajadores de la Empresa Minera ANABIA, creando las garantías del caso para el bien de la población.
Prelatura de Sicuani.
Santo Tomas, 13 de enero 2012.
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