Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, exige respeto a las libertades democráticas en Perú.

¡Exigimos el respeto a las libertades democráticas y al desempeño de las labores de defensoras y defensores de derechos humanos en Perú!

Frente a los hechos acontecidos el día 21 de junio recién pasado, en la ciudad de Cajamarca, Perú, donde dos abogadas de derechos humanos: Amparo Abanto, de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, y Genoveva Gómez, abogada de la Defensoría del Pueblo fueron golpeadas por ejercer sus funciones de defensoras de derechos humanos declaramos que:

1.- Es inconcebible que la defensa de los derechos humanos sea criminalizada mediante cobardes ataques como el acontecido y ya mencionado hecho ocurrido en Cajamarca en el marco del conflicto producido por la imposición de proyectos mineros rechazados por la mayoría de la población. Más aún que se trate de dos mujeres, reconocidas por lo demás, por su labor en la defensa de los derechos humanos en el país.

2.- Los Estados deben garantizar el respeto a los derechos humanos y con ello responder por los actos de sus funcionarios frente al legítimo derecho de las personas a manifestarse por situaciones que les afectan de forma directa.

3.- Hemos constatado que durante años el Perú ha sido señalado como un Estado que no respeta los derechos humanos ni garantiza el derecho de la población a manifestarse libremente como debiera suceder en un Estado democrático. Por el contrario, se ha conocido como un Estado que otorga derechos de las transnacionales por sobre los de las poblaciones afectadas por atropellos de dichas corporaciones.

4.- Las esperanzas generadas en el presente gobierno caen día a día por sus políticas publica, que incluso endurecen su actuar para reprimir las reivindicaciones legítimas del pueblo peruano.

5.- Frente a ello hacemos un llamado urgente a las autoridades de los diversos poderes del Estado peruano exigiendo que cumplan con su obligación de garantizar la integridad de defensoras y defensores de derecho humanos y respeten por sobre todo la voluntad de los pueblos frente a lo que éstos consideran como sus derechos fundamentales.