IGLESIA Y PAÍS.

R.P. Víctor Ramos.

Memoria cariñosa: P. Bernardo Majournal y Mons. Albano Quinn.



Mons. Albano Quinn

 El año pasado tuvimos visitas especiales del Señor: Pasó entre nosotros y entre tantos buenos hermanos y hermanas, también llevó consigo a dos personas muy queridas por sus comunidades: el 4 de Setiembre el elegido fue el P. Bernardo Majournal, párroco de Checacupe y Pitumarca. Después de un largo tratamiento en su tierra, Francia, alcanzó a visitar su querida Parroquia de Checacupe-Pitumarca, atendió con todo su cariño a los hermanos y hermanas de los pueblos y de las comunidades, a los jóvenes, arregló cosas pendientes, y cuando había cumplido lo que había deseado, tuvo que viajar de emergencia a su tierra. Pocos días después nos llegó la noticia de su partida a la Casa del Padre: el 4 de setiembre.

Lo recordamos con todo nuestro cariño fraterno. Fue un Buen Pastor: atento a los signos de la presencia del Señor en los acontecimientos locales, del País y de la Región. Muy preocupado por la formación de los hermanos catequistas, de los jóvenes. Comunicando y compartiendo su fe en el Dios de la vida y acompañándolos en su caminar y su compromiso. Siempre amable y acogedor. Su presencia en nuestra Prelatura ha sido una gracia de Dios. Sabemos que ahora contamos con él como intercesor a favor de la iglesia de Nuestra Prelatura de Sicuani.

El 12 de setiembre, nos llegó una noticia muy preocupante: Mons. Albano, nuestro querido y siempre recordado Pastor, había sido ingresado a cuidados intensivos. A todos nos impactó dolorosamente este anuncio. Creo que del corazón de todos brotó una oración al señor por la salud del tan querido Pastor, Hermano y Amigo. Se dieron momentos de esperanza por su salud: “ha reaccionado”, se nos dijo. Así un día tras otro, y el 15 de setiembre nos llegó la noticia: Mons. Albano había acudido al llamado amoroso de Dios: “Ven siervo bueno y fiel”.

Todos sentimos no poder tenerlo con nosotros, hasta que el P. Enrique Laguna, Superior Provincial de los PP. Carmelitas nos anunció que Mons. Albano con anterioridad había manifestado su profundo deseo de que sus restos incinerados vinieran a Sicuani. Y así fue. Que impresionante la acogida de todo Sicuani cuando llegó a la urna conteniendo sus cenizas y al día siguiente los homenajes que fue recibiendo de todo este Pueblo que tanto amó. Cuanto amor al Pastor Bueno y tan querido. Era dolor, profundo y sentido y a la vez, una gran alegría pascual: llegaba para quedarse, ahora sí, para siempre, con nosotros.

Ya iremos dando a conocer cómo celebraremos estos dos aniversarios. Entre tanto rezamos y le pedimos a Dios, nuestro Papito Bueno, que por intersección de nuestro santo Bernardo y Albano, bendiga a su iglesia de la Prelatura de Sicuani.